Elopement en Jaén | Mar de Olivos

25/11/2020

Ellos, pareja y familia

Allá por el verano de 1996, un niño y una niña de apenas un año y medio jugueteaban a intercambiarse el chupete en una piscina hinchable infantil. Lo que ese día se sellaba mediante la saliva, a día de hoy sigue intacto. No, no os hablo de Silvia y de Juanma, os hablo de él, y de mí. Lejos de ser una relación romántica, él y yo somos hermanos. De distintos padres y madres, ADN y sangre, vale, pero hermanos. El día que Silvia entró a escena lo hizo por la puerta grande. Admiré al segundo su estilo, su outfit impecable pero, sobretodo, su forma de ser: es puro corazón. Imposible no quererla. 

Un vestido de novia en Zara

Un día, cuando vivía en Málaga, al salir del trabajo decidí dar una vuelta por el centro y entré a varias tiendas, una de ellas Zara. Vi el vestido y lo primero que se me cruzó por la mente fue a Silvia con él para un Elopement. Por entonces estábamos a punto de enfrentarnos a una pandemia mundial, pero ni nos lo imaginábamos. Y empecé a mover hilos para llevar a cabo mi proyecto, hasta que llegó el confinamiento. Con ello todo quedó en standby. Mientras pasaban las semanas mis ilusiones se disipaban e iba perdiendo todas las ganas. 

Semana tras semana llegó el verano y con él, el calor abrasador de Jaén. Llegó octubre, y con él el ansiado día.

Ceremonia en plena pandemia

Hay sentimientos que cuestan expresar en palabras, como lo que yo sentí en el Elopement de Silvia y Juanma. Irónico teniendo en cuenta que me dedico a escribir lo que los demás sienten, pero es que ese día a pesar de que fuera algo simbólico, para mí significó mucho como podréis imaginar después de lo que os he contado. 

Si bien no se parece al 100% a mi idea inicial, el resultado me encantó y superó todas y cada una de mis expectativas. Pero no es cosa mía, de hecho yo soy un 5% de esto. El 95 % restante se lo debo a estas personas maravillosas que se atrevieron a participar en mi locura.

Las primeras, mis queridas María Espinosa y Lorena León, que aportaron la foto y el vídeo. Ellas han creído en mí desde el primer momento, y gracias a ellas estoy aquí hoy. Su trabajo es excepcional y transmiten tanto, que las fotos y el vídeo hablan por sí solas. 

Silvia y Juanma, mi inspiración. Qué fácil fue todo con ellos. Les pedí, tal como suelo hacer, que me contaran cosas sobre su relación, qué es lo que más les gusta de su pareja, qué les aporta, qué tipo de ceremonia querían… Para el momento del consentimiento eligieron escribir sus propios votos.

Les pedí que no se dijeran nada de lo que habían escrito para conservar la emoción de leérselo el uno al otro en directo .

El día que me los enviaron lloré. Bueno, y el día de la ceremonia también. No digo nada más. 

Todos a una para celebrar el amor

Después de estas cuatro personas, todo vino rodado. Sabía con qué proveedores quería contar para hacer el elopement. Luxal Láser, con quién he colaborado ya más veces, dio vida a mis ideas, materializándolas en los gemelos, el topper para la tarta, hecha por Obrador Casa Ávalos, y los porta alianzas, que guardaron con mimo y elegancia el anillo y la pulsera de Tot-em. Quería algo diferente a las alianzas tradicionales y qué mejor manera que grabar el “Sí, quiero” en ellas para siempre escucharlo.

La decoración os va a dejar con la boca abierta. Segurísima estoy. Y es que no podía ser menos viniendo de Machuno Arte Floral, sabe encontrar oro donde otros muchos sólo verían piedras. Y como no, Jota Jota Tocados está a su par. Si por mí hubiera sido, le hubiera puesto a Silvia todos los tocados tan increíbles que tenía. Son una combinación explosiva para cualquier evento. 

Y qué decir de maquillaje y peluquería… No tuve que decirles qué quería, ellas se adelantaron a mis deseos y, como si dos genias de la lámpara fueran, hicieron magia. Bea Morales, maquillaje, optó por un maquillaje explosivo para Silvia, a Juanma le dio unos retoques y algo más sencillo para mí (tenía que ir mona, pero no puedo superar a la novia, regla número uno de oficiante). Laura, de Peluquería La Virgen, optó por hacerle una trenza de ensueño con pedrería a Silvia, a Juanma le manejó su pelo para que quedara muy natural y muy él, y a mí me hizo una coleta con ondas…. que ¡menuda maravilla! 

Tanto el vestido como el traje son de Zara, y no digo mucho más, que el tito Amancio no necesita publicidad. 

Espero que os guste el elopement y que sintáis cosas tan bonitas como las que siento yo.

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